¿Qué es un test de polígrafo?
El polígrafo, comúnmente conocido como detector de mentiras, es un dispositivo que mide y registra varias respuestas fisiológicas del cuerpo, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración y la conductividad de la piel. La premisa detrás del polígrafo es que las personas suelen experimentar estrés o ansiedad cuando mienten, lo que provoca cambios en estas respuestas fisiológicas.
Un examinador de polígrafo realiza una serie de preguntas a la persona que se somete al test, y el dispositivo registra las variaciones en las señales fisiológicas. Si estas varían significativamente en determinadas preguntas, el examinador puede inferir que el sujeto está mintiendo.
Uso del polígrafo en casos judiciales
El uso del polígrafo en el ámbito judicial varía considerablemente según la jurisdicción. En algunos países, como Estados Unidos, el uso del polígrafo está permitido bajo ciertas circunstancias, aunque su aceptación como prueba válida depende de la legislación estatal y federal. En otros países, como España o gran parte de Europa, los resultados de una prueba de polígrafo no son aceptados en los tribunales debido a la falta de consenso sobre su precisión.
En contextos judiciales, el polígrafo suele utilizarse más en fases de investigación que en el juicio propiamente dicho. La policía o los investigadores privados pueden recurrir a esta herramienta para intentar obtener una confesión o para guiar una línea de investigación. Sin embargo, los resultados del polígrafo generalmente no tienen peso legal como evidencia concluyente.
¿Qué tan confiable es un polígrafo?
- La fiabilidad del polígrafo es uno de los aspectos más controversiales en su aplicación judicial. Algunos defensores afirman que el polígrafo tiene una precisión del 90%, mientras que los detractores señalan que el margen de error es considerable. Una de las principales críticas es que el polígrafo mide la reacción emocional de una persona, pero no puede discernir directamente si una persona está mintiendo o no.Factores como la ansiedad general, el uso de medicamentos o condiciones médicas pueden influir en los resultados, dando lugar a falsos positivos (donde una persona dice la verdad, pero se detecta como mentira) o falsos negativos (donde una mentira no es detectada). Además, existen técnicas conocidas como “contramedidas”, que pueden ser empleadas por personas para manipular los resultados del polígrafo.
Casos emblemáticos y su impacto
A lo largo de la historia, ha habido numerosos casos judiciales en los que se ha utilizado el polígrafo como parte de la investigación. Sin embargo, su uso ha generado polémica. Un ejemplo destacado es el caso de Gary Ridgway, conocido como el «Asesino de Green River», quien pasó un test de polígrafo en la década de 1980 y fue liberado de sospechas, aunque más tarde se demostró que era culpable.
Por otro lado, algunos abogados defensores han utilizado el polígrafo como parte de su estrategia para tratar de demostrar la inocencia de sus clientes, aunque los tribunales no siempre aceptan estos resultados como evidencia.
¿Debe usarse en tribunales?
La comunidad científica y legal aún no ha llegado a un consenso sobre si el polígrafo debería tener un lugar en los tribunales. Mientras algunos argumentan que puede ser una herramienta útil, otros creen que su margen de error es demasiado grande para utilizarse como evidencia confiable. Además, su uso plantea preguntas sobre la violación de derechos fundamentales, como el derecho a no auto incriminarse.
Conclusión
El test de polígrafo sigue siendo una herramienta controversial en los casos judiciales. Aunque ha sido útil en ciertos contextos investigativos, su uso como prueba concluyente en los tribunales es cuestionado por la falta de una precisión consistente. La justicia requiere pruebas objetivas y fiables, y hasta que no se logre una mejora significativa en la exactitud del polígrafo, su papel en los casos judiciales seguirá siendo limitado.