¿Qué es un polígrafo?
El polígrafo es un dispositivo capaz de medir y registrar varias respuestas fisiológicas del cuerpo humano. A través de sensores colocados en diferentes partes del cuerpo, registra variables como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la respiración y la conductancia de la piel. Estas respuestas son analizadas mientras se le realizan preguntas específicas a una persona. El principio detrás del polígrafo se basa en la premisa de que cuando alguien miente, su cuerpo reacciona de manera diferente debido a la tensión psicológica que produce el engaño. Por ejemplo, es común que al mentir, la frecuencia cardíaca aumente o que las palmas suden más de lo habitual, lo cual puede ser detectado por el polígrafo.
¿Cómo funciona el polígrafo?
El proceso de una prueba del detector de mentiras puede dividirse en tres fases principales:
- La entrevista previa: Antes de conectar a la persona al polígrafo, el examinador realiza una entrevista detallada. En esta fase, se explican los procedimientos a seguir y se aclaran las posibles dudas que el sujeto pueda tener. Además, el entrevistador aprovecha esta oportunidad para obtener información básica y formular preguntas de control, cuyas respuestas ya son conocidas y verificables. Este tipo de preguntas sirve como base para comparar las respuestas fisiológicas del individuo durante el interrogatorio principal.
- La prueba en sí misma: Una vez que la persona está conectada al polígrafo, comienza el verdadero interrogatorio. El examinador hace una serie de preguntas que incluyen tanto las de control como las relevantes para el caso o situación en cuestión. Mientras el sujeto responde, el polígrafo registra cualquier cambio significativo en sus respuestas fisiológicas, como una respiración más acelerada, variaciones en la frecuencia cardíaca o cambios en la conductancia de la piel (relacionada con el sudor). Estas mediciones son clave para determinar si la persona podría estar mintiendo.
- El análisis de resultados: Después de completar la prueba, el examinador revisa los datos recogidos. En este punto, se evalúan las diferencias entre las respuestas fisiológicas a las preguntas de control y las preguntas clave. Si se detectan respuestas anómalas o picos inusuales en las mediciones durante las preguntas relevantes, el examinador puede considerar que el sujeto no fue completamente veraz.
¿Es realmente confiable el polígrafo?
Aunque el detector de mentiras ha sido utilizado durante décadas, su precisión sigue siendo motivo de debate. Diversos estudios han demostrado que la tasa de precisión del polígrafo oscila entre el 70% y el 90%, dependiendo del contexto en el que se utilice, las condiciones de la prueba y la habilidad del examinador. Esto significa que, aunque el polígrafo puede ofrecer indicios sobre la veracidad de una persona, no es infalible. Hay factores que pueden influir en los resultados, como el nerviosismo, el estrés o incluso el estado de salud de la persona. Estos factores pueden hacer que alguien parezca estar mintiendo cuando en realidad no lo está, o viceversa.
Además, existen personas que, mediante entrenamiento o técnicas específicas, pueden manipular sus respuestas fisiológicas para engañar al polígrafo. Estos individuos, conocidos como «mentirosos entrenados», pueden reducir o aumentar deliberadamente sus respuestas emocionales para evitar ser detectados.
¿Cuándo se usa el polígrafo?
El detector de mentiras se utiliza principalmente en situaciones donde la confianza y la seguridad son cruciales. Algunos de los casos más comunes incluyen:
- Investigaciones criminales: Aunque en muchos países los resultados de las pruebas de polígrafo no son aceptados como prueba concluyente en los tribunales, las fuerzas del orden lo utilizan como una herramienta adicional en las investigaciones.
- Contrataciones de alto riesgo: Muchas empresas que manejan información sensible o trabajan en sectores de seguridad, como bancos, agencias gubernamentales o fuerzas armadas, emplean el detector de mentiras en sus procesos de selección de personal. Esta prueba puede ayudar a las organizaciones a identificar posibles riesgos al contratar a individuos que deban ocupar posiciones de confianza.
- Litigios y negociaciones legales: Aunque no es determinante, el polígrafo puede ser utilizado como parte de las estrategias de mediación y negociación, proporcionando una idea más clara sobre la honestidad de las partes involucradas.
Conclusión
El detector de mentiras, aunque no es una herramienta infalible, sigue siendo una opción valiosa para detectar engaños y evitar sorpresas en diversos contextos. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que debe utilizarse con precaución y nunca como la única fuente de verdad. El mejor uso del detector de mentiras es como parte de un conjunto de herramientas de evaluación, junto con entrevistas exhaustivas, verificaciones de antecedentes y análisis psicológicos.
Para evitar sorpresas, lo más importante es tener un enfoque equilibrado y no depender exclusivamente del polígrafo, sino verlo como un componente adicional en un proceso de investigación o selección riguroso y ético.