¿Cómo funciona el polígrafo?
El polígrafo mide las respuestas fisiológicas del cuerpo, como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la respiración y la conductividad de la piel, para identificar posibles cambios que ocurren cuando una persona está mintiendo. La idea detrás de esta tecnología es que cuando mentimos, nuestras respuestas fisiológicas cambian, lo que podría indicar un intento de ocultar la verdad.
Sin embargo, la clave está en que estos cambios no son exclusivos de la mentira. Factores como el estrés, la ansiedad, el miedo o incluso el cansancio pueden desencadenar respuestas similares, lo que genera cuestionamientos sobre la precisión del polígrafo.
Confianza a corto plazo vs. largo plazo
A corto plazo, el polígrafo puede parecer efectivo cuando las circunstancias son controladas, y la persona que lo administra es altamente calificada. En estos casos, los resultados pueden ser útiles como una herramienta complementaria dentro de una investigación.
Pero cuando hablamos de confianza a largo plazo, las cosas cambian. No se puede depender exclusivamente del polígrafo para determinar la veracidad de una persona durante un período extenso, ya que las circunstancias personales de alguien pueden variar significativamente con el tiempo. El estado emocional y físico de una persona cambia a lo largo de los años, lo que podría influir en los resultados obtenidos en pruebas posteriores.
Limitaciones y controversias
A pesar de que algunas agencias gubernamentales y empresas privadas aún usan el polígrafo, no todos los tribunales de justicia aceptan sus resultados como prueba válida. De hecho, en varios países, se considera inadmisible debido a las controversias sobre su precisión.
Además, es importante recordar que el polígrafo no puede distinguir entre un comportamiento engañoso y una respuesta emocional genuina. Es por eso que los expertos en psicología y derecho han advertido sobre el riesgo de depender únicamente de esta tecnología para evaluar la veracidad.
Conclusión
Si bien el polígrafo puede tener su lugar en investigaciones específicas, confiar en él a largo plazo como el único método para evaluar la honestidad de una persona no es recomendable. Es crucial utilizarlo junto con otras herramientas y enfoques, como entrevistas en profundidad, análisis de comportamiento y la recopilación de pruebas tangibles.
La confianza a largo plazo no se puede basar solo en respuestas fisiológicas, sino en una evaluación completa de la situación y la persona involucrada. Como cualquier herramienta, el polígrafo debe usarse con cautela y no como un veredicto absoluto de la verdad.